lunes, 15 de septiembre de 2014

#Archivo | "Creer o respetar"

Sobre Salud Intercultural en la UBA

Tengo ganas de compartir con ustedes una nota de hace un tiempo atrás. De años donde la Cátedra de Salud Sociocultural de la UBA trabajó en temas de salud con la comunidad QOM y otros pueblos originarios. Sin dudas fue una experiencia muy enriquecedora que actualmente es necesario seguir impulsando. La nota esta publicada en UltraMed y pueden leerla también acá.

Medicina aborigen en la UBA

Las técnicas de medicina aborigen, basadas en la invocación a espíritus, la imposición de manos y la ingesta de hierbas naturales, se incorporan al sistema de salud tradicional y son parte de la cursada de la UBA. La prueba piloto en Bragado. El celular de Máximo Coñequir (73), lonko (jefe) Mapuche de la comunidad de Melinao, no para de sonar. Su número nunca fue difundido, pero aquellos que se enteraron de la apertura del primer centro de Salud Intercultural se las ingenian para dar con él. Buscan su apellido en la guía o llaman al destacamento de Olascoaga, un pueblito de no más de 100 habitantes, ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Bragado, al oeste de la provincia de Buenos Aires. La incesante búsqueda de su paradero tiene como objetivo saber si el machi (médico hechicero) puede darles un turno para ser tratados con sus técnicas de curación milenarias, que incluyen: imposición de manos, invocación a espíritus e ingesta de preparados naturales a base de limón, ajo, cebolla, ajenjo, melisa y uña de gato.

La salud en las comunidades aborígenes

Coñequir atiende a sus vecinos desde hace más de dos décadas, pero sus métodos recién fueron legitimizados cuando comenzó a hacerlo en un centro de salud público en sociedad con el médico clínico Marcelo Labaqui. La iniciativa de fusionar ambos conocimientos médicos fue impulsada por el Ministerio de Salud bonaerense a raíz de los resultados que brindó la encuesta realizada, entre 2000 y 2006, a 20 mil indígenas, que reveló que la mayoría de los aborígenes (según el INDEC hay en el país 600.329) se resiste a ingresar a un consultorio médico porque tienen que desnudarse o ponerse en posición horizontal. Los que asisten, en general, llegan demasiado tarde, cuando la enfermedad ya se encuentra avanzada. "Esto es un intento de acercar a los aborígenes de la zona a la medicina científica, a fin de poder tratarlos con las herramientas tecnológicas que tiene a su alcance la ciencia hoy. El cacique Coñequir ejerce desde hace años efectos sanadores sobre personas que tienen creencias arraigadas de la cultura indígena. Es un saber que tiene que ver con la fe. Pero los pobladores de la localidad están controlados desde el punto de vista científico en todas sus patologías", informa Labaqui a Clarín.com. Por su parte, Coñequir opina que la "inútil" demora de la unión intercultural se debió a un celo profesional. "Los médicos saben que algunas dolencias se pueden curar con nuestras técnicas, pero, por esa parte de la ciencia que dice que si no se puede ver o tocar no sirve, nadie se preocupó porque esto sucediera antes. Nuestras prácticas ya habían sido avaladas por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud, pero recién ahora hay una política de Estado desde el Ministerio", explica a Clarín.com. El cacique atiende a 20 pacientes por día en sesiones de 30 minutos. Las consultas son gratuitas, aunque avisa que el también es de carne y hueso. Acepta donaciones.

Fe académica: las opiniones de Efrain Benzaquen y Andres Cuyul

La fusión entre ambos tipos de conocimientos también se está dando a cabo en el ámbito académico. Este año, por primera vez, el Departamento de Salud de la Faculta de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), abrió una comisión para que los alumnos de las materias Salud Pública I y II (obligatorias para los cursantes del cuarto año de la carrera) realicen sus prácticas con la comunidad Toba de Pilar, en Derqui, con el objetivo de estimular el intercambio cultural. La decisión fue promovida por el equipo integrado por el trabajador social Andrés Cuyul y los médicos Efraín Benzaquen (secretario general de la Facultad de Medicina) y Alejandro Todaro (secretario de Extensión Universitaria). Al finalizar la cursada teórica, alrededor de 25 estudiantes realizan varias visitas a la comunidad para detectar sus problemas de salud y, luego, hacer una devolución al pueblo con el fin de integrar ambos conocimientos y, dentro de lo posible, ofrecer soluciones. "Lo que está pasando es novedoso porque hasta ahora los médicos nos formamos pensando que la salud es nuestra propiedad. Pero de a poco se está comenzando a transformar esa idea: el médico clínico porta un conocimiento, pero no es el único ni el definitivo". La salud: una sola La misma integración también se está realizando en Perú, donde el proyecto piloto lo financian organizaciones indígenas peruanas en sociedad con la ONG (Organización No gubernamental) dinamarquesa Nordeco (Norden Agency for Development and Ecology). Allí, el Ministerio de Educación convocó a 20 jóvenes aborígenes del Amazonas para realizar estudios de enfermería en los hospitales públicos y, así, complementar sus prácticas de sanación ancestrales con conocimientos científicos. Emilio Cartoy Díaz, director general de TEA Imagen, y el antropólogo Crisitan Jure registraron la experiencia en el documental "Salud Intercultural", que aún no tiene fecha de estreno en el país. "Lo bueno es que son dos mundos, dos prácticas, dos saberes que se ponen de manifiesto por un objetivo en común, que es la salud", destacan los realizadores.

Creciente interés por los centros de salud interculturales

La prueba piloto, que de ser exitosa continuará en San Nicolás, tuvo efectos colaterales: muchas personas (sin ascendencia aborigen) buscaron en el centro de salud intercultural las soluciones que la medicina tradicional no les pudo brindar hasta el momento. Es el caso de María Carola Juárez, de 61 años, que apenas leyó la noticia en los diarios recorrió 300 kilómetros para llegar a la precaria salita de la estación de trenes de Olascoaga donde atiende el cacique. "Al haber imposición de manos, a mi me interesó muchísimo porque tengo fe. Si Jesús lo hacía, y el padre Mario Pantaleo también, por qué él no podría hacerlo. Yo fui porque estaba imposibilitada de caminar. Me dieron varias inyecciones pero igual no me podía mover. Él tocó esa parte y yo sentí escalofríos en la columna vertebral. Después, me quedó por un rato la sensación de frío. Ahora me siento muy bien, recargué energía".

¿Qué es un machi?

En cada una de las comunidades mapuches hay un médico hechicero que, usando hierbas naturales y técnicas heredadas (imposición de manos, invocación a espíritus, entre otras), cuida la salud de su tribu. "Según la cosmovisión mapuche, algunas personas han sido elegidas por los espíritus que gobiernan el cielo para mantener una interacción entre los hombres y los dioses. Los machis nacemos con una energía diferente. Yo, por ejemplo, puedo ver las afecciones de las personas y tengo el poder de curar con las manos. Dios se manifiesta a través de ellas. Yo me di cuenta que tenía este don de chico. Además, leí mucho durante más de 50 años", explica Máximo Coñequir, machi de la comunidad de Melinao, quien asegura que a través de las técnicas de sanación aborígenes se pueden tratar toda clase de afecciones, a excepción de las que requieren intervenciones quirúrgicas. La efectividad, dice, se alcanza en un nivel elevadísimo en casos de dolores vertebrales, artrosis y hernias de disco.

Salud intercultural en la UBA

El trabajador social Alejandro Cuyul dictará un seminario introductorio al abordaje de la salud con enfoque intercultural, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).-

Fuente: ULTRAMED